Divididos Desata su Magia en el Movistar Arena: Un Viaje Sonoro a Través de su Nuevo Álbum

Un Acontecimiento Inolvidable: El Regreso de Divididos

Para hacer honor a la verdad, no era un show, pero se vivió como tal. Desde temprano, en las inmediaciones del estadio se vendía merchandising no oficial del grupo (remeras, calcos, pines). Otros vendedores ambulantes ofrecían sándwiches y bebidas, y en los bares cercanos sonaba música de la banda, algo habitual para atraer clientela al Movistar Arena. ¿Cómo llamaremos al evento? ¿Acontecimiento? Sin duda, porque la salida de un nuevo disco de estudio de Divididos, con canciones hasta ahora inéditas, es un acontecimiento monumental. Pasaron 15 años desde el último CD. Y ante semejante celebración, el Movistar Arena estaba lleno para un menú de tres pasos, que contempló un documental, la escucha del disco (sin música en vivo) y una charla con los músicos, donde el filósofo Darío Sztajnszrajber moderó el intercambio de inquietudes entre ellos y el público. Hasta hubo abrazos con los fans y un emotivo final de fogón, con guitarras acústicas en mano y par de canciones, fieles representantes tanto del nuevo disco como de lo más medular de la historia de este trío integrado por el guitarrista y cantante Ricardo Mollo, el bajista Diego Arnedo y el baterista Catriel Ciavarella.

Todo eso ocurrió durante casi cuatro horas. Y si la oferta pudo ser comparada con un menú de tres pasos, bien vale desglosarlo como entrada, plato principal y postre.

Se llama Sonidos, barro y piel. Tomado del verso de una canción, realmente fue una antesala y sirvió de puesta al día de la banda, como anticipo del disco. Aunque no fue un show de Divididos, el público aplaudía intensamente cuando el film mostraba, por ejemplo, el trip de Mollo, subido al wah wah y la distorsión de su guitarra.

El público aplaudía como si hubiera terminado una canción del trío en vivo. Y guardaba absoluto silencio cuando los músicos compartían su experiencia en los conciertos y la conexión con sus fans.

“Son muchos años, es la pareja que más me duró”, bromeaba Arnedo sobre su relación con Mollo, que conocen desde hace casi medio siglo. Fue en 1978 cuando los hermanos Mollo (Omar y Ricardo) convocaron a Diego para sumarse a MAM, la banda que formaron en su adolescencia. El resto es historia conocida: tanto la de Sumo como la de Divididos. Este “evento”, que decidimos llamar “acontecimiento”, acercó a la banda a una legión de seguidores que llenaban el Movistar Arena, desde los fans de la primera hora hasta nuevos fieles en el camino.

Este documental tiene momentos graciosos, como cuando Arnedo toca la armónica mientras Mollo sostiene un viejo micrófono, pareciendo dos niños con un nuevo juguete. También evocan su infancia y cuestionan la necesidad de que todo sea productivo, reflexionando que “Haber conocido a Luca [Prodan] fue una luz en el camino.” Vemos cómo lo que en los setenta podía haberse quedado en ensayos, en los ochenta, con la determinación de Luca, se tradujo en tocar en bares.

El álbum se tituló simplemente Divididos, jugando con la palabra más allá de ser el nombre de la banda. Su arte de tapa muestra una bandera de dos franjas unidas por una sutura, lo que Mollo describe como “una expresión de deseo” y un símbolo de sanación. “Algún día esto va a sanar”, reflexionó, recordando una marca en su brazo que simboliza la lucha interna.

El nuevo álbum cuenta con una docena de canciones que encapsulan la esencia de la banda, conocida como la aplanadora del rock. La música es poderosa, pero también incluye momentos suaves y vibrantes. Reflexiones y deseos de escapar del sistema reverberan en los temas, comenzando con “Lo que te demora es lo que te traiciona”.

A medida que el disco avanza, se siente una variedad de emociones, desde introspecciones a esperanzas, guiándonos desde “Mundo ganado” hasta piezas de delicada guitarra acústica.

Después de escuchar el álbum, los tres músicos y Sztajnszrajber se sentaron a conversar en un encuentro íntimo con el público. El filósofo abrió el diálogo con una reflexión sobre la dualidad de la vida y el arte que representa Divididos, mientras el público interrumpía con cánticos de su amor por la banda. Desde el abrazo de un niño invitado al escenario hasta las expresiones de fidelidad, lo que inició como una presentación de álbum se transformó en un tributo a años de conexión emocional.

Ahora, solo resta esperar que Divididos comience a hacer sonar esas doce nuevas canciones sobre los escenarios del país y el mundo.

Datos Relevantes:

• 15 Años de Espera: Este es el primer disco de estudio de Divididos en 15 años, lo que amplificó las expectativas y la energía del evento.
• Un Legado Musical: La banda, surgida en la década de 1980, consolidó su fama a través de su conexión con el público y una serie de álbumes icónicos que definieron el rock argentino.
• Generaciones de Fans: El evento mostró la diversidad del público, desde quienes los siguen desde sus inicios hasta los nuevos seguidores que se han unido en los últimos años.